sábado, 10 de octubre de 2009
...It runs in me, your poison seething in my veins...
Septiembre 24, 2009
Te escucho. Sí, te escucho. Solo ruido. No más que estúpidas vibraciones que agitan el interior de mi oído. Ya calla, hoy y para siempre! Prívanos de todo enunciado que seas capaz de enunciar. Lo rompes todo, lo perturbas y deformas. Detente! No más, por favor. Insoportable es el dolor, caigo a tus pies. Ya me tienes, soy tu esclavo, ¿qué más quieres? ¿Y ahora qué? Dirás que soy un débil, que no sirvo para luchar, pero ¿de qué vale la fortaleza cuando se pierde siempre la batalla?
Termina ya de una vez, la estocada final. Apunta y dispara, sin treguas dispara. ¿Acaso no era eso lo que buscabas?, ¿acaso no quedas satisfecho con mi muerte? Afila bien tus letras y ordena tus flechas, déjalas cumplir su cometido... déjame volver a mi estado primitivo, sin tus reglas, sin tu ruido...
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Lindas son sus palabras... Llenas de melancolía y tristeza... Un suave olor a tierra mojada percibí al leerlas, y la frescura de una mañana de campo... Pero las imágenes demuestran algo...
ResponderEliminarDavid.-